
La Obra Pictórica
Pedro Centeno no pudo hacer un cálculo de su obra, de su cantidad, que representa una vida entera trabajando sin descanso. Hay una razón, su manera de trabajar, especial, pintando de dos a seis horas simultáneamente; a veces abandonaba algunas como hacía Ticiano, y las dejaba así, durante varios meses o varios años; después, un día cualquiera, sientía deseo de volver a trabajar en ellas y recomenzaba donde se había quedado.

Otra influencia clara en Pedro Centeno era la de Maurico Denis, el místico, el intelectual del movimiento de los Nabis. También estudió su obra y sus escritos. Todos los pintores que iba conociendo en su juventud, en Europa, le interesaban, por poco que fuera. Era así su condición.
Pedro Centeno creaba lo mejor de su obra, la forma quintaesenciada; y el color en función de forma; creía haber llegado a tener una técnica y un estilo personales. Creía que sus obras no se podían confundir con las de otro. Indudablemente, no hay un solo pintor venezolano cuya obra pueda confundirse con la de Pedro Centeno.
Algo de sus técnicas...
Pedro Centeno no era un artista secreto que pintaba cuando nadie lo veía.... ¡Todo lo contrario! Pintaba delante de todo el mundo, de sus alumnos, de sus amigos. No tenía ningún inconveniente en decir cómo hacía sus cuadros, el proceso de su creación.
Busco la línea, la posición, las masas de color, los volúmenes que tendrá el cuadro, después...
En esos estudios sucesivos voy resolviendo una buena cantidad de problemas plásticos, de forma y de color. En muchos de los murales, sobre todo, me he valido de los dibujos previos hechos como los cuadros abstractos, con simples manchas de color; aquí una mancha verde, allí una azul; y esta más y aquélla más. Esos estudios corresponden tanto al fondo del cuadro que piensa hacerse como a las figuras; donde debe ir una figura vestida de azul pongo una mancha azul; al lado puede ir otra amarilla.

Planos y más planos de color. Cuando todos esos estudios se han terminado, comienzo a concretarla; siempre en dibujo, sin intervención de la pintura, todavía; en papel. Muchas veces uso papel negro, que pinto con líneas blancas o de colores claros. Cuando ya he resuelto todos los problemas previsibles y lo he preparado todo, paso a la tela o al muro. Durante ese largo proceso creo que todo está previsto o casi todo, al menos; pero no lo utilizo.
Los Problemas resueltos los archivo en el subconsciente, para enfrentarse a ellos de nuevo al comenzar a pintar. ¿Por qué? La larga experiencia de tantos años me ha enseñado que si aprovechara completamente lo resuelto la obra resultaría fría o perdería su frecura. Al hacer un cuadro, muchas veces, cambio el proyecto y resuelvo los problemas de otra manera que en los bocetos; hasta cambio la figura por completo, el color, su arabesco; lo que sea. En los últimos años pinto mucho sobre tablas. Para hacerlo así me veo precisado de preparar la tabla; a veces, en la misma forma que lo hacían los pintores primitivos italianos según una receta del siglo XIII. Pinto primero una capa monocroma (antes la hacía de color verde, el color tropical, pero ahora suelo hacerla gris, a la manera de Velázquez, hecha de negro de marfil, que ya usaba Velázquez, ya que el negro que no se conocía entonces era el betún). Después pinto la silueta, del color que llevará la obra así, donde irá la carne, mancho con color de carne; luego trabajo el color, con sus luces y sus sombras, con sus transparencias, ya seco el gris del fondo. Trabajo con una menuciosidad completa, porque para mí todo tiene la misma importancia, el brillo de la pupila como el borde del vestido. Eso lo he aprendido de los grandes maestros, que no desperdiciaban un milímetro cuadrado de sus obras. En un cuadro todo tiene que ser de primera calidad no hay nada que pueda dejarse aboceteado. A los grandes maestros hay que estudiarlos no solamente en los libros y en las reproducciones, sino con el ojo, directamente, mirando la tela una y mil veces...»
María Lionza y la Temática Indigenista
Pedro Centeno Vallenilla se considera uno de los responsables dentro del medio artístico de exaltar a través de sus obras, la figura de María Lionza y la valoración sobre el mestizaje, la identidad y el arquetipo de la Gran Madre que este personaje sugiere. Debido a que el motivo central de la pintura de este autor era la figura humana cargada de simbolismo, esta diosa al igual que distintos caciques, se convierten en los mejores modelos representativos de lo étnico, no solo venezolano sino también amerindio, lo cual se encuentran presentes desde sus primeras obras realizadas en los años 20, y principio de los 30, en las que se destaca un cuadro pintado para 1925, desnudo femenino frente a una cascada , titulado María Lionza; suponiéndose esta como su primera obra sobre ella , aunque es a partir de los años 40 y 50 cuando Centeno Vallenilla más claramente la representa. En otra obra María Lionza aparece con rasgos faciales aindiados, dos grandes trenzas y con una serpiente enroscada en el cuerpo recibiendo la adoración de las siete razas humanas, recreando su significación como entidad que juega con el bien y el mal, como la mujer serpiente que la caracterizó en sus primeras leyendas, así como su simbolización de la gran madre.

Por último se mencionará el tríptico titulado Venezuela realizado entre los años 1956 y 1958 en los espacios del circulo de Las Fuerzas Armadas en Caracas; en el que se aprecia la lucha entre indígenas y conquistadores, resaltando la figura de Yara , y sus características citadas tanto por la figuración descrita por Homero Salazar como por la de A. Trayanoff obra en la que se le representa como una gran guerrera, aspecto propio del carácter heredado de su padre el gran cacique Yaracuy; donde aparece acompañada del personaje Kanaime, "espíritu vengador de la sangre de los indios amazónicos derramada durante los distintos combates". Como bien se ha observado las distintas obras de Pedro Centeno Vallenilla, recrean las distintas figuraciones y representaciones de este personaje, no solo para dar a conocer la imagen y la simbología que las envuelve, sino también para responder a las necesidades de la época en reafirmar la identidad venezolana y retomar la importancia del elemento indígena; mismo fin que aunque con ciertas diferencias, persigue la obra del escultor Alejandro Colina.
Wadabakoa es un video-performance realizado por Dixon Calvetti y un grupo de amigos artistas que participaron en esta acción, este trabajo esta inspirado en la obra pictórica del artista plástico Venezolano Pedro Centeno Vallenilla.
El Artista se define...
Lo influenció Maeterlinck, cuando pintó ese cuadro, con su simbología de la muerte. Esa fue una etapa de romanticismo simbólico que correspondía a las obras que estaban en boga, de literatura; esa etapa la superó cuando fue a Europa y vio pintura y olvidó las lecturas que lo habían influenciado; su pintura está dentro de un realismo mágico que llega al simbolismo. Para Pedro Centeno, Velázquez mismo es un pintor del realismo mágico, uno de los más importantes y los menos estudiados en ese sentido.
Si tuviera que situar su pintura entre la de dos pintores, el pintor afirmaba que se ubicaría entre Mantegna y Dalí; precisamente, en sus últimas obras se afirma la influencia, más de concepto que de forma, del superrealismo. Pintó dos cuadros que se llaman El Complejo de Edipo y El Complejo de Narciso. En ellos se nota la influencia del superrealismo a través del psicoanálisis. Y la influencia de Dalí está en eso; pero su intención se desvió hacia otro camino, muy diferente al que sigue Dalí. Pedro Centeno ha ido del Renacimiento al superrealismo pasando (y deteniéndose mucho) por el impresionismo. La Cabeza de Baco, que pintó está inspirada en el libro de un escritor venezolano, Dionisos de César Dominici. Es el mundo grecorromano, latino, que surge de sus propios recuerdos. Porque en toda su obra está presente el espíritu latino, unido siempre a su América, naturalmente. «Para cantar a América es presciso saber bien música, tener muy buena voz, tener un instrumento de música de alta calidad y ser un buen poeta», afirmaba el pintor, sonriendo contento de su afirmación americanista, precisamente en él, que era un ciudadano del mundo.
Nota:
Si les ha gustado, aquí les dejo el cuadernillo de donde he sacado parte del texto de este post ¡Espero lo disfruten!
...Y aquí un libro un poco más voluminoso
[Español]
